jueves, 5 de agosto de 2010
Sport Huancayo ya tiene su himno
La destacada interprete vernacular Martha Palomino lanzó ayer el himno al Sport Huancayo. “La Princesita” del folklore dijo que el himno al “Rojo Matador” es un sentimiento hecho canción y que fue una promesa del 2009 cuando este club logró su ingreso a la Copa Sudamericana que se jugará este año a partir de setiembre.
Frente a los hombres de prensa entonó el pegajoso ritmo que tiene una versión del viril huaylarsh y la grabación lo hizo con acompañamiento de la orquesta típica “Los Piratas del Centro”. Destaca el guapido wanka: “Sport was, Huancayo was y no hay más”, que expresa el orgullo y la tradición wanka.
Manifestó que en setiembre tiene previsto un viaje a Lima donde hará la presentación del himno al “Rojo Matador” en el local del Club Huancayo. A continuación las letras del sonado himno.
AL ROJO MATADOR
Muchachos salgan al campo
Vamos todos a ganar
Con esa garra de leones
Vamos todos a triunfar.
A los wankas nos respetan
A donde vamos carajo
Somos del Sport Huancayo
los del rojo matador
Hambrientos de la victoria
rebeldes hasta la muerte
los del rojo matador
A donde vaya
dónde me encuentre
así siempre cantaré
Sport wass
Huancayo wass
Doe Run Perú no volverá a contaminar La Oroya
El ministro de Energía y Minas Pedro Sánchez dijo que, independientemente de cualquier comunicado que viene emitiendo la empresa Doe Run para los medios, “debe quedar claro que ellos no van a volver a contaminar La Oroya como lo han hecho anteriormente”.
Mencionó que el día 27 de julio venció el plazo de 10 meses que tenía esa empresa para reiniciar sus operaciones en las condiciones establecidas en la ley. Al no haber cumplido, el Ministerio le ha cursado la comunicación correspondiente haciendo notar su incumplimiento y en consecuencia, lo que debe quedar claro, independientemente de las responsabilidades empresariales propias que tiene esta empresa no sólo con sus trabajadores, sino con sus proveedores y financistas, es que no volverá a contaminar la ciudad de La Oroya, reiteró.
Precisó que el marco legal de la Ley General del Ambiente, de la Ley General de Minería hace que las operaciones de una empresa del sector, deben hacerse sin contaminar, es decir, cumpliendo los parámetros ambientales.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Trascendencia de la Batalla de Azapampa
El 29 de diciembre de 1820 se escribió una de las páginas más memorables de la historia peruana. El pueblo wanka demostró al mundo que había que pelear y hasta ofrendar la vida si fuera necesaria, en el gran sueño de libertad; por ello en condiciones de inferioridad se enfrentó en Azapampa con valentía indomable al ejército español. Según los antecedentes históricos para definir el futuro de América dominada por el yugo español, llegaron al Perú, las dos corrientes libertadoras del Sur y del Norte, encabezados por el argentino Don José de San Martín y el venezolano Simón Bolívar, al considerarse que nuestro país era centro del poder español, por lo que peligraba la consolidación de la independencia.
La expedición libertadora del sur, una vez que logró la independencia de Chile en la Batalla de Maipú, decidió marchar al Perú, llegando a la Bahía de Paracas el 7 de setiembre de 1820, donde el general San Martín establece su cuartel general; desde ese lugar envía una expedición libertadora al mando de José Antonio Álvarez de Arenales, con la misión de organizar a los pueblos de la Sierra Central del Perú a favor de la causa emancipadora.
Álvarez de Arenales, después de proclamar la independencia de Ica, pasó a Huamanga e Izcuchaca y luego a Huancayo, donde proclama la independencia apoyado por el coronel Marcelo Granados, el párroco Estanislao Márquez y el escribano Juan de Dios Marticorena, el 20 de noviembre de 1820, desde un tabladillo levantando en la Calle Real, en medio de júbilo popular, pasando luego a Tarma y Cerro de Pasco. El ejército español al enterarse de la proclamación de la independencia de Huancayo, desde el Cusco marcha hacia el centro del Perú al mando del Brigadier Ricafort, buscando apresar a Álvarez de Arenales y castigar a los pueblos rebeldes. Ricafort, llegó a Huayucachi el 28 de diciembre, donde incendió el pueblo luego de hacer lo mismo con las comunidades de Cangallo e Izcuchaca.
Desde Huancán, el ejército español integrado por unos mil 300 soldados armados inician el ataque contra el pueblo wanka que se encontraba en Azapampa, dispuestos a resistir y defender su independencia proclamada. La batalla de Azapampa según la historia se inició a las 3 de la tarde del 29 de diciembre de 1820; los comuneros dirigidos por Ascencio Aldao, se enfrentaron contra los soldados españoles, pero a diferencia de sus rivales, estaban armados de picos, azadones, palos, huaracas y pocos con armas de fuego. La batalla fue desigual, la masacre terminó con 500 campesinos acuchillados. Los españoles ingresaron al centro de Huancayo, asesinando a hombres, mujeres, niños y ancianos que encontraban a su paso. Ricafort actuó de esta manera, en la falsa idea de sembrar un escarmiento en todos los pueblos que intentaban desafiar al poder español.
Por este hecho histórico y otras duras intervenciones de los pobladores wankas en la guerra por la independencia, el gobernador provisorio Torre Tagle le confiere a Huancayo el título de "Ciudad Incontrastable" (Ciudad que no puede ser conquistada), el 19 de marzo de 1822 gracias a un Decreto Supremo otorgado por el presidente Torre Tagle el 19 de marzo de 1822, confirmado por el Congreso Constituyente del 30 de enero de 1828, ratificado además por el Presidente José de la Mar el 5 de febrero de 1828. En homenaje a los aguerridos wankas que nos dejaron ejemplo de verdadero patriotismo, se ha levantado en Azapampa un obelisco que perenniza la memoria de cientos de héroes anónimos que ofrendaron su vida sin vacilar, por ver una patria libre.
La expedición libertadora del sur, una vez que logró la independencia de Chile en la Batalla de Maipú, decidió marchar al Perú, llegando a la Bahía de Paracas el 7 de setiembre de 1820, donde el general San Martín establece su cuartel general; desde ese lugar envía una expedición libertadora al mando de José Antonio Álvarez de Arenales, con la misión de organizar a los pueblos de la Sierra Central del Perú a favor de la causa emancipadora.
Álvarez de Arenales, después de proclamar la independencia de Ica, pasó a Huamanga e Izcuchaca y luego a Huancayo, donde proclama la independencia apoyado por el coronel Marcelo Granados, el párroco Estanislao Márquez y el escribano Juan de Dios Marticorena, el 20 de noviembre de 1820, desde un tabladillo levantando en la Calle Real, en medio de júbilo popular, pasando luego a Tarma y Cerro de Pasco. El ejército español al enterarse de la proclamación de la independencia de Huancayo, desde el Cusco marcha hacia el centro del Perú al mando del Brigadier Ricafort, buscando apresar a Álvarez de Arenales y castigar a los pueblos rebeldes. Ricafort, llegó a Huayucachi el 28 de diciembre, donde incendió el pueblo luego de hacer lo mismo con las comunidades de Cangallo e Izcuchaca.
Desde Huancán, el ejército español integrado por unos mil 300 soldados armados inician el ataque contra el pueblo wanka que se encontraba en Azapampa, dispuestos a resistir y defender su independencia proclamada. La batalla de Azapampa según la historia se inició a las 3 de la tarde del 29 de diciembre de 1820; los comuneros dirigidos por Ascencio Aldao, se enfrentaron contra los soldados españoles, pero a diferencia de sus rivales, estaban armados de picos, azadones, palos, huaracas y pocos con armas de fuego. La batalla fue desigual, la masacre terminó con 500 campesinos acuchillados. Los españoles ingresaron al centro de Huancayo, asesinando a hombres, mujeres, niños y ancianos que encontraban a su paso. Ricafort actuó de esta manera, en la falsa idea de sembrar un escarmiento en todos los pueblos que intentaban desafiar al poder español.
Por este hecho histórico y otras duras intervenciones de los pobladores wankas en la guerra por la independencia, el gobernador provisorio Torre Tagle le confiere a Huancayo el título de "Ciudad Incontrastable" (Ciudad que no puede ser conquistada), el 19 de marzo de 1822 gracias a un Decreto Supremo otorgado por el presidente Torre Tagle el 19 de marzo de 1822, confirmado por el Congreso Constituyente del 30 de enero de 1828, ratificado además por el Presidente José de la Mar el 5 de febrero de 1828. En homenaje a los aguerridos wankas que nos dejaron ejemplo de verdadero patriotismo, se ha levantado en Azapampa un obelisco que perenniza la memoria de cientos de héroes anónimos que ofrendaron su vida sin vacilar, por ver una patria libre.
viernes, 25 de septiembre de 2009
A garantizar el PAMA de Doe Run
Primero fue la Comisión de Energía y Minas del Congreso que aprobó por mayoría el proyecto que amplía por 30 meses el plazo para que Doe Run culmine su PAMA, el cual ahora tiene carácter de improrrogable; luego fue ratificado por el pleno del Congreso.
Ahora se informa que la minera Doe Run Perú evalúa entregar al Gobierno y a proveedores sus acciones y hasta una mina en operaciones como garantía para asegurar el cumplimiento de su plan de mejora ambiental; lo que nos parece saludable y sensato.
Doe Run, de la estadounidense Grupo Renco, para completar su plan ambiental siempre consideró de clave para reanudar sus operaciones que lo salvarían de un colapso financiero una ampliación a su PAMA, cuyo plazo anterior vencía a fines de octubre.
Doe Run tiene inversiones pendientes por unos 160 millones de dólares para completar el plan ambiental, además debe unos 110 millones de dólares a sus proveedores, que les cortaron el suministro de metales. La minera podría reiniciar en las próximas semanas sus operaciones en el complejo metalúrgico de La Oroya, paralizadas desde junio.
Es en este sentido Doe Run tiene un gran compromiso no sólo con el Estado sino una gran responsabilidad social que no debe defraudar, primero porque sus propios trabajadores fueron los que salieron en defensa de su estabilidad laboral. Ahora los dirigentes sindicales han expresado de que serán los primeros en que exigir que Doe Run cumpla con su PAMA, le tomamos la palabra y le recordaremos permanentemente.
Asimismo no debemos olvidar que por esta crisis se llegó a una situación de violencia, lamentablemente con la pérdida de tres vidas humanas, dos trabajadores y un policía que merecen ser honrados por siempre.
Finalmente Doe Run tiene un compromiso con el medio ambiente que pasa por concluir su último proyecto PAMA y quizá sólo con ello se podría hablar de que realmente la minería puede convivir con la naturaleza.
Ahora se informa que la minera Doe Run Perú evalúa entregar al Gobierno y a proveedores sus acciones y hasta una mina en operaciones como garantía para asegurar el cumplimiento de su plan de mejora ambiental; lo que nos parece saludable y sensato.
Doe Run, de la estadounidense Grupo Renco, para completar su plan ambiental siempre consideró de clave para reanudar sus operaciones que lo salvarían de un colapso financiero una ampliación a su PAMA, cuyo plazo anterior vencía a fines de octubre.
Doe Run tiene inversiones pendientes por unos 160 millones de dólares para completar el plan ambiental, además debe unos 110 millones de dólares a sus proveedores, que les cortaron el suministro de metales. La minera podría reiniciar en las próximas semanas sus operaciones en el complejo metalúrgico de La Oroya, paralizadas desde junio.
Es en este sentido Doe Run tiene un gran compromiso no sólo con el Estado sino una gran responsabilidad social que no debe defraudar, primero porque sus propios trabajadores fueron los que salieron en defensa de su estabilidad laboral. Ahora los dirigentes sindicales han expresado de que serán los primeros en que exigir que Doe Run cumpla con su PAMA, le tomamos la palabra y le recordaremos permanentemente.
Asimismo no debemos olvidar que por esta crisis se llegó a una situación de violencia, lamentablemente con la pérdida de tres vidas humanas, dos trabajadores y un policía que merecen ser honrados por siempre.
Finalmente Doe Run tiene un compromiso con el medio ambiente que pasa por concluir su último proyecto PAMA y quizá sólo con ello se podría hablar de que realmente la minería puede convivir con la naturaleza.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
¿Y ahora que... ?
En nuestra anterior columna advertimos de la despreocupación de nuestras autoridades desde el Ejecutivo, Congreso y Gobierno Regional sobre el desinterés que existía sobre el caso Doe Run; insistimos en un diálogo alturado y debate urgente entre las partes en conflicto, de un tema que es complejo, pero que su solución pasa por una voluntad política, con definiciones concretas, justas y no sólo humanas; sino también empresariales y principalmente medioambientales porque vivimos en una casa que nos pertenece a todos.
Dijimos también que no podíamos esperar a que todavía haya muertos; porque de nada sirve expresar sentimientos de congojas y pesar si se puede evitar tragedias innecesarias. Lamentablemente pasó lo que tanto temíamos, detenidos, heridos y lo peor un policía muerto y se habla también de que en los últimos enfrentamientos por el control de la Carretera Central falleció un trabajador y una menor agoniza como consecuencia de la inhalación de los gases lacrimógenos.
De que vale que nuestro presidente regional haya viajado a La Oroya tras acordarse de que fue designado interlocutor entre el Gobierno y los trabajadores o que el congresista de Junín Ricardo Pando haya mostrado voluntad de llegar a buen puerto sobre el problema en la comisión de Energía y Minas del Congreso que él preside; ¿acaso estas acciones tardías nos devolverá la vida del policía Grovert Tayco Taipe? ¿Quién velará por su menor hija de un año y 10 meses que en su inocencia reclamará a su padre? ¿será Huaroc o Pando?; sólo por citar como ejemplo.
Con los recientes hechos se confirma también de que no aprendimos la lección de los sucesos de Bagua; y que somos tercos, porque insistimos en volver a vivir similares hechos violentos para luego otra vez caer en lamentaciones absurdas.
Esperamos que hoy el pleno del Congreso pueda debatir el problema; dejando de lado intereses subalternos y pensando no sólo en la estabilidad laboral de los trabajadores de Doe Run que con justicia se han volcado a las calles, sino también en el bienestar de las generaciones futuras que esperan de nosotros vivir en un ambiente sano o con mínima contaminación ambiental que es responsabilidad social en este caso de la empresa Doe Run.
Dijimos también que no podíamos esperar a que todavía haya muertos; porque de nada sirve expresar sentimientos de congojas y pesar si se puede evitar tragedias innecesarias. Lamentablemente pasó lo que tanto temíamos, detenidos, heridos y lo peor un policía muerto y se habla también de que en los últimos enfrentamientos por el control de la Carretera Central falleció un trabajador y una menor agoniza como consecuencia de la inhalación de los gases lacrimógenos.
De que vale que nuestro presidente regional haya viajado a La Oroya tras acordarse de que fue designado interlocutor entre el Gobierno y los trabajadores o que el congresista de Junín Ricardo Pando haya mostrado voluntad de llegar a buen puerto sobre el problema en la comisión de Energía y Minas del Congreso que él preside; ¿acaso estas acciones tardías nos devolverá la vida del policía Grovert Tayco Taipe? ¿Quién velará por su menor hija de un año y 10 meses que en su inocencia reclamará a su padre? ¿será Huaroc o Pando?; sólo por citar como ejemplo.
Con los recientes hechos se confirma también de que no aprendimos la lección de los sucesos de Bagua; y que somos tercos, porque insistimos en volver a vivir similares hechos violentos para luego otra vez caer en lamentaciones absurdas.
Esperamos que hoy el pleno del Congreso pueda debatir el problema; dejando de lado intereses subalternos y pensando no sólo en la estabilidad laboral de los trabajadores de Doe Run que con justicia se han volcado a las calles, sino también en el bienestar de las generaciones futuras que esperan de nosotros vivir en un ambiente sano o con mínima contaminación ambiental que es responsabilidad social en este caso de la empresa Doe Run.
martes, 22 de septiembre de 2009
No aprendemos la lección
Nuevamente el rompimiento del diálogo entre las autoridades del gobierno central, funcionarios de Doe Run y la dirigencia de los trabajadores de esta empresa, nos lleva a la población de la región central del país, a vivir momentos de preocupación y zozobra, no sólo por el hecho del bloqueo de la Carretera Central que perjudica a transportistas y pasajeros; sino también por las cuantiosas pérdidas económicas que se calcula en aproximadamente 10 millones de soles diarios.
Decenas de industriales, miles de comerciantes de diversos productos e insumos ven con preocupación el problema de Doe Run, que se espera pueda alcanzar una pronta solución.
Pero la preocupación se ahonda por el resultado de los enfrentamientos que ya se han producido entre trabajadores de Doe Run y la población de La Oroya; con las fuerzas combinadas del Ejercito y la Policía, que han llegado a esta ciudad con la consigna de resguardar y garantizar el orden público. Consideramos que se debe evitar el derramamiento inútil de sangre o la pérdida de vidas humanas.
Aún está fresco el recuerdo de los sangrientos hechos de Bagua por un enfrentamiento absurdo entre peruanos que pudo evitarse con sólo debatir las demandas de las comunidades nativas de nuestra selva peruana.
Parece que nuestras autoridades se olvidaron de estos hechos y ahora se niegan al debate urgente de un tema que es complejo, pero que su solución pasa por una voluntad política que también significa ceder en algunas posiciones encontradas.
No esperemos lamentar muertes porque de nada sirve expresar sentimientos de congojas y pesar si se pudo evitar tragedias innecesarias. Exigimos en cumplimiento al papel de periodistas que nos toca jugar en la actual sociedad de que las autoridades puedan sentarse a debatir y dialogar alturadamente del problema que tiene definitivamente soluciones concretas, justas y no sólo humanas; sino también empresariales y principalmente medioambientales porque vivimos en una casa que nos pertenece a todos.
Decenas de industriales, miles de comerciantes de diversos productos e insumos ven con preocupación el problema de Doe Run, que se espera pueda alcanzar una pronta solución.
Pero la preocupación se ahonda por el resultado de los enfrentamientos que ya se han producido entre trabajadores de Doe Run y la población de La Oroya; con las fuerzas combinadas del Ejercito y la Policía, que han llegado a esta ciudad con la consigna de resguardar y garantizar el orden público. Consideramos que se debe evitar el derramamiento inútil de sangre o la pérdida de vidas humanas.
Aún está fresco el recuerdo de los sangrientos hechos de Bagua por un enfrentamiento absurdo entre peruanos que pudo evitarse con sólo debatir las demandas de las comunidades nativas de nuestra selva peruana.
Parece que nuestras autoridades se olvidaron de estos hechos y ahora se niegan al debate urgente de un tema que es complejo, pero que su solución pasa por una voluntad política que también significa ceder en algunas posiciones encontradas.
No esperemos lamentar muertes porque de nada sirve expresar sentimientos de congojas y pesar si se pudo evitar tragedias innecesarias. Exigimos en cumplimiento al papel de periodistas que nos toca jugar en la actual sociedad de que las autoridades puedan sentarse a debatir y dialogar alturadamente del problema que tiene definitivamente soluciones concretas, justas y no sólo humanas; sino también empresariales y principalmente medioambientales porque vivimos en una casa que nos pertenece a todos.
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