Nuevamente el rompimiento del diálogo entre las autoridades del gobierno central, funcionarios de Doe Run y la dirigencia de los trabajadores de esta empresa, nos lleva a la población de la región central del país, a vivir momentos de preocupación y zozobra, no sólo por el hecho del bloqueo de la Carretera Central que perjudica a transportistas y pasajeros; sino también por las cuantiosas pérdidas económicas que se calcula en aproximadamente 10 millones de soles diarios.
Decenas de industriales, miles de comerciantes de diversos productos e insumos ven con preocupación el problema de Doe Run, que se espera pueda alcanzar una pronta solución.
Pero la preocupación se ahonda por el resultado de los enfrentamientos que ya se han producido entre trabajadores de Doe Run y la población de La Oroya; con las fuerzas combinadas del Ejercito y la Policía, que han llegado a esta ciudad con la consigna de resguardar y garantizar el orden público. Consideramos que se debe evitar el derramamiento inútil de sangre o la pérdida de vidas humanas.
Aún está fresco el recuerdo de los sangrientos hechos de Bagua por un enfrentamiento absurdo entre peruanos que pudo evitarse con sólo debatir las demandas de las comunidades nativas de nuestra selva peruana.
Parece que nuestras autoridades se olvidaron de estos hechos y ahora se niegan al debate urgente de un tema que es complejo, pero que su solución pasa por una voluntad política que también significa ceder en algunas posiciones encontradas.
No esperemos lamentar muertes porque de nada sirve expresar sentimientos de congojas y pesar si se pudo evitar tragedias innecesarias. Exigimos en cumplimiento al papel de periodistas que nos toca jugar en la actual sociedad de que las autoridades puedan sentarse a debatir y dialogar alturadamente del problema que tiene definitivamente soluciones concretas, justas y no sólo humanas; sino también empresariales y principalmente medioambientales porque vivimos en una casa que nos pertenece a todos.
Decenas de industriales, miles de comerciantes de diversos productos e insumos ven con preocupación el problema de Doe Run, que se espera pueda alcanzar una pronta solución.
Pero la preocupación se ahonda por el resultado de los enfrentamientos que ya se han producido entre trabajadores de Doe Run y la población de La Oroya; con las fuerzas combinadas del Ejercito y la Policía, que han llegado a esta ciudad con la consigna de resguardar y garantizar el orden público. Consideramos que se debe evitar el derramamiento inútil de sangre o la pérdida de vidas humanas.
Aún está fresco el recuerdo de los sangrientos hechos de Bagua por un enfrentamiento absurdo entre peruanos que pudo evitarse con sólo debatir las demandas de las comunidades nativas de nuestra selva peruana.
Parece que nuestras autoridades se olvidaron de estos hechos y ahora se niegan al debate urgente de un tema que es complejo, pero que su solución pasa por una voluntad política que también significa ceder en algunas posiciones encontradas.
No esperemos lamentar muertes porque de nada sirve expresar sentimientos de congojas y pesar si se pudo evitar tragedias innecesarias. Exigimos en cumplimiento al papel de periodistas que nos toca jugar en la actual sociedad de que las autoridades puedan sentarse a debatir y dialogar alturadamente del problema que tiene definitivamente soluciones concretas, justas y no sólo humanas; sino también empresariales y principalmente medioambientales porque vivimos en una casa que nos pertenece a todos.